El boton rojo

Estaba otra vez en clase, y por segunda vez interrumpieron para robarse unos minutos. Esta vez eran de una agrupación de mujeres que invitaban este sabado a la Feria del Libro, a todo aquel que quiera participar de una charla sobre la liberación y ampliación de los derechos femeninos. Pero su propuesta hizo eco en mi atención recien cuando remarco el tema central de su monologo. El discurso del sabado no seria meramente un recorrido anecdotico e ilustrativo, sino mas bien una invitacion a la toma de conciencia y lucha por muchos derechos que les corresponden. Fue muy especifica. Hablo de derechos, y puntualmente sobre el aborto. “al fin y al cabo, es una decisión nuestra”, alcanzo a decir, como dejandose llevar simplemente por sus apreciaciones subjetivas.
Me parecio tan hipócrita, invitar a un debate sobre un hecho especifico que se intenta solapar detrás de la figura de palabras sutiles. Aborto. De fondo se esta hablando en definitiva de asesinar “legalmente” a una persona. Puedo aceptar la discusión o el debate sobre si es o no bueno tener a un hijo en situaciones extremadamente desfavorables, pero no puedo dejar pasar que nieguen que es un crimen. Es decir que la discusión termina por posarse sobre si se permite o no ciertas excepciónes para terminar con la vida de un nuevo ser. Hay numerosos motivos para defender el “aborto”, pero no creo que alguno le pueda hacer sombra al argumento que lo contrarresta, que es justamente el derecho a la vida, no solo constitucional sino tambien de indole religiosa. Somos una sociedad catolica, y en gran medida alfabetizada (lo que nos da la posibilidad de buscar las mejores soluciones a todos nuestros inconvenientes), y nos damos el lujo de discutir sobre si podemos o no matar a nuestras generaciones futuras.La muerte es la muerte en cualquiera de sus manifestaciones o modos, en cualquiera de las instancias de nuestras vidas, y en manos de cualquiera de nuestros semejantes.